CAMINO DEL NORTE: Mondoñedo-Abadín-Villalba

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Texto: Luis G. Perrino

Fotografía: Maribel Borrego

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Empezamos esta etapa de dos días en Mondoñedo que fue una de las siete capitales históricas de la
provincia de Galicia, visitando el Centro de Interpretación del Camino de Santiago en el Camino del Norte y
el cementerio de ilustres de esta localidad.

Aquí nacieron y descasan Álvaro Cunqueiro (ilustre de las letras gallegas), Leiras Pulpeiro (el médico de los
pobres), Pascual Veigas (compositor musical con la alborada gallega)…dejamos
la visita de los edificios ilustres y la Catedral para la tarde pues dormiremos
en esta localidad.
Una vez más contamos con la compañía de Luis Fernández Anseres y otros
compañeros de la Asociación de Amigos del Camino del Norte de
Mondoñedo
, a los que queremos expresar nuestro agradecimiento, por todas
sus atenciones con nosotros
  
Empecemos a caminar con un viento fuerte de cara que durará
todo el día pero sin lluvia. Saliendo de Mondoñedo  por la calle donde
vivió Cunqueiro y nos encontramos la subida más dura de todo el Camino del
Norte con bosques de especies autóctonas que nos hace sentir la respiración por
el esfuerzo para salvar un desnivel de 250 m. Durante 11 Km. atravesamos pequeñas
aldeas o parroquias hasta llegar a las faldas de Galgao donde está la ermita de
San Roque, ¡Que Santo tan peregrino con el pan en la mano y el perro a su lado!
 
Después de atravesar por una pasarela la autovía en obras
continuamos a Gontán escoltados por
praderas verdes y animales que pastan plácidamente. En esta localidad su albergue
nos da la bienvenida y la hospitalidad para comer nuestras viandas en sus
bares. Es la antesala del final de etapa en Abadín donde somos recibidos también con amabilidad.
El Hotel Montero
y el Seminario Santa Catalina son
nuestros dos albergues para la noche. Ducha, vista a Mondoñedo con su catedral,
lavaderos, puente del entretenido, su plaza mayor y la cena, nos hace
compartir en hermandad el final de este día. ¡Buenas noches!, estamos cansados
y nos vamos a dormir.
Un buen desayuno prepara nuestro cuerpo para afrontar 21 Km. por la altiplanicie
denominada «Tierra Cha«(Tierra
llana). Cielo despejado, sol a rabiar y un poco de aire nos hace sentirnos
felices después de tanta lluvia. El Camino se vuelve espectacular con árboles
desnudos acompañando nuestros pasos, bosques de pinos a ambos lados del camino,
prados verdes como alfombras y un puente artesanal nos permite disfrutar de la
naturaleza y de la primavera, en todo su esplendor.

 Llegamos a Martiñán
y pasamos una casa muy peregrina con ornamentación de viéiras que nos lleva al
famoso puente de Martiñán de dos ojos, con un aliviadero pequeño y un área de
descanso en un espacio paradisiaco. Paramos para reponer fuerzas con viadas y
bebidas.
 ¡Cuanto cuesta reemprender la marcha después de parar y
alimentarnos!
Continuamos camino y de repente aparecen columnas de
eucalipto que semejan a una gran muralla inexpugnable. Hoy el esfuerzo es menor
y cuenta la resistencia que tras seis horas nos acerca a Villalba final de etapa.

Después de una visita a esta localidad agradecemos a Dios en
la Iglesia de Santa María por todo lo que nos da y lo que pone ante nuestros
ojos para disfrutar del Camino de Santiago en su recorrido por el Camino del
Norte, en estos dos maravillosos días.

RIPIOS DE MONDOÑEDO

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Pasadas que fueron ya
esas estivales fechas
que a todos hartos, cansados,
y deshechitos nos dejan,
el Camino renació
con sus eternas sorpresas,
más llamativas aun
si son en tierras gallegas,
como fuera nuestro encuentro
en las marineras tierras,
haciendo nuestro camino
por aquel paseo de piedra
tan cómodo y recoleto,
contemplando las arenas
de aquellas playas tan limpias,
tan bellas y tan serenas.
Continuación cierta eran
de aquella playa, la última,
que antes del verano vieran
nuestros ojos, asombrados
por su cielo y por sus peñas:
Playa de las Catedrales,
en nuestros ojos nos dejas
una sombra de nostalgia
que la brisa allá se lleva;
allá donde se disipan
siempre  las malas ideas.

Camino tan agradable
y una mañana tan bella
hizo a nuestro caminar
una experiencia halagüeña.
Sin comerlo ni beberlo
(de comer hora no era)
nos plantamos en un verbo,
sin cuenta darnos siquiera
en un recinto muy regio
donde manducar pudieran
los peregrinos leoneses
y la gente que quisiera.

El Asador fue, en efecto,
para nosotros la venta,
en la que, sobrios y serios,
dimos bien cumplida cuenta
de los sabrosos productos
que había en nuestra merienda.
Serios fuimos allí todos:
el recinto, con su estética
hotelera y gastronómica,
parecía que lo exigiera.

……………………………

La tarde fue una experiencia
artística  que nos deja
sumidos en la emoción
de ver esas nobles piedras
del antiquísimo templo
que nuestros ojos contemplan:
Templo de Santo Martiño,
la catedral, por más señas
más antigua de esta España
tan triste y zaragatera.
Vivida aquella emoción
de tan intensa belleza,
acompañados del guía
de comunidad gallega,
Luis Anseres nos narraba
Luis Anseres, él nos cuenta
las excelencias que pronto
disfrutaremos de cerca.
Y nos promete, gentil
que al día siguiente nos lleva
a despachar en su casa
unas  muestras de esta tierra:
Pinchitos de empanadiñas,
con alguna tortilliña
y un vinito de sus cepas.
¡Eso sí que es gallardía,
y regias, buenas maneras,
las típicas de un gallego
elegante de esta tierra.
Luis Anseres demostró
serlo con gran excelencia.

Burla, burlando aquel viaje
nos deja, sin darnos cuenta,
en aquel bello poblado,
Mondoñedo por más señas.
Villa clerical, histórica,
henchida está de leyendas
clericales de las que
el seminario es la muestra:
Monumento recio, serio,
las glorias que antes tuviera
patentes para nosotros
se nos hacen en sus piedras,
piedras de recio granito
con humanísimas huellas
de aquellos seminaristas
que, hace un siglo, allí vivieran.

Cena y paseo nocturno
por nocturnales callejas
nos hicieron revivir
los encantos que allí quedan
como símbolo indeleble
de la cultura gallega.
…………………………….

El domingo, bien prontito,
iniciamos nuestra senda
con esa ayuda mecánica
que nuestro autobús nos presta.

Un día radiante nos guía,
un día radiante nos lleva
a la casita  de  Anseres
casita  que…¡ es una  hacienda!,
rebosante de frutales,
de rosales y otras yerbas.
Y pudimos comprobar
de Luis allí  largueza
que, todos lo recodamos,
es palabra que nos lleva
a decir  la esplendidez
generosa que él se nos muestra.

Empanadas hubo allí
y tortillas que nos dejan
ese excelente sabor
de las gallinas auténticas,
y, si no de las gallinas…
de los huevos que pusieran.
No faltaron excelentes
frutas de aquella su huerta
que endulzaron aquel ágape
de aquellas benditas tierras.

Gracias profundas le damos
de forma seria y sincera
a Luis Anseres que dio
tan gratificante fiesta.

Agradable resultó
y sugestiva la tierra
aquella de las cascadas
con sus aguas y sus presas:
fue nuestro postre geológico
de aquella etapa gallega.

En Mondoñedo de nuevo,
completamos la experiencia
viendo aquella catedral
tan recia  y tan recoleta,
cuya espiritualidad
es obvia en muros y piedras
y en la mirada de quien
con fervor verla quisiera.
———————————–

Terminó así   el Camino
de las etapas gallegas
que dejaron en nosotros
muy agradables vivencias,

Gracias, dicho sea en su honor,
a toda esa gente nuestra
que se desvive a diario
para que las  cosas sean
motivo de diversión,
pero también de riqueza
espiritual o acaso…
como cada uno lo quiera.

Cantares tuvimos luego
en nuestro viaje de vuelta,
gracias a la gracia de Rosa,
Rosa Gómez, por más señas,
que conoce como nadie
de las canciones leonesas,
su música y su buen ritmo
y, sobre todo, su letra.
Buen final siempre es la música,
sea cual sea la fiesta.
………………………………….
    Texto: Nicolás  Miñambres  
                     
                      Fotografía: Marta Román e Isabel Borrego

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Anticipo de la etapa Novellana a Canero, Asturias

El otro día, este grupo de amigos y Asociados estuvimos preparando la etapa del Camino del Norte, que haremos con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León «Pulchra Leonina» el próximo domingo. Esta foto es un recuerdo de compañeros de aventuras, yo estaba del otro lado de la cámara, ¿eh?.

Os hemos preparado una reseña, para que os animéis a hacer El Camino, por estas sendas asturianas, tan llenas de encanto, aunque sean algo duras:

Asturias, Camino de Santiago


En el año del Señor de 1501, un peregrino francés, escribió sus impresiones del viaje por el Camino del Norte en su diario titulado “El viaje de Montigny” así podemos tener datos de Soto de Luiña en esa época, que nosotros visitamos en nuestro recorrido anterior cuando terminamos en Novellana.
Haciendo nuestras sus palabras, el autor del viaje nos cuenta que el lunes 28 de febrero de 1501 pasan él y sus compañeros por “Sept maulvaises mountaignes nommés les sept-soers” haciendo alusión a las siete malvadas colinas que los naturales llaman ballotas, antes de llegar al pueblo del mismo nombre.
Por cierto, el francés no anduvo muy desencaminado llamándolas malvadas, pues os puedo asegurar que a Buzy y a mí nos dieron bastante guerra el otro día, a pesar de que sólo exploramos tres.

Asturias, Novellana-Canero

Comenzamos la ruta en Novellana, para seguir por la carretera hasta Castañeras y aunque algunas guías indican que hay un camino real más recto, nos dijeron en el pueblo, que después de unos centenares de metros queda cerrado por la maleza.

En Castañeras, tenemos al opción de seguir la misma carretera por la que veníamos o los mas aguerridos, provistos de buenas botas montañeras, pues hay que cruzar un río que lleva más o menos agua según lo que haya llovido,se desviarán, cuando vean un cartel a la derecha de la carretera, que nos indica la dirección a la Playa del Silencio.
Un hombre del pueblo me dijo, que ellos en realidad la llamaban Playa de las Gaviotas, por la abundancia de estos palmípedos sobrevolando el lugar.
No hay peligro de bombardeo de excrementos, pues en vez de llegar hasta la playa, nosotros después de 200 metros, antes de llegar a las últimas casas, nos desviamos por un camino señalizado a nuestra izquierda con la flecha amarilla.

Asturias, Novellana a Canero

A partir de aquí entramos en un bonito paisaje natural, aunque corresponde a uno de los “malvados descensos” de una fuerte pendiente, que tanto impresionaron al francés.
Después, una fuerte subida y llegamos a Ballota.
Allí saludamos a una mujer que nos dijo que Ballota antes se decía “Valouta” que podríamos traducir como valle alto. Desde luego el lugar estaba bastante elevado en relación al nivel del mar. Nos dijo también que desde allí, podíamos volver a tomar la antigua ruta jacobea, el Camino Real de la Costa.
Todavia a principios del siglo XX pasaban las diligencias, por lo seguramente habría un puente para vadear el río Cabo.
¡El río Cabo y el puente! 
 Actualmente es de piedra, pero antes existió otro puente de madera y parece ser, que sus vibraciones causaban una fuerte impresión a los peregrinos de la Edad Media, ya que todos conocían una canción sobre “el puente que tiembla”:
Quand nous vinsme au pont qui temble/ nous etions bien tentre ensemble/ Taut de walons qu´allemande,/ et nous disions, s´il vous semble/ compagnons marchez de avante/
¡No nos lo podíamos perder! …y así comenzamos una nueva bajada saboreando la historia del famoso puente que, yo imaginaba que debía de ser tan alto como el acueducto de Segovia, para que provocara ese miedo ancestral a los peregrinos.
Pero ahora, no se veía puente por ninguna parte.
Bueno, como imagino que querréis hacerle alguna foto no os dejaré con la intriga.
Asturias, Novellana a Canero

Al final de la bajada con el mar al frente, la flecha indica seguir a la derecha, pues bien, vosotros haréis caso omiso y vais a la izquierda, hasta un un pequeño reguero, perpendicular al río Cabo, lo cruzais y … Ya tendréis vuestra foto.

Para leer la historia del “Viaje de Montigny” podéis consultar aquí.
Terminamos esta subida junto a la estación del ferrocarril de Tablizo. Cuando el sentido común indica que debemos subir al pueblo y continuar por carretera, una gran flecha amarilla nos señala otra nueva bajada, al siguiente acantilado.
De nuevo volvimos a bajar otra de las “sept soers mauvaises” pero, esta vez ya habíamos perdido la cuenta.
Debo de confesar que esta colina de Tablizo a Ribon fue muy bonita. Íbamos siempre acompañados por las vistas del mar enfurecido, chocando contra los acantilados, a nuestra derecha.
Desde Ribón, que como su nombre indica, estaba muy alto, ya se divisaba Cadavedo y a su derecha la ermita de la Virgen de Riegala.

La Virgen de la Regalina

Se construyó en 1931 a instancias del padre Galo, para dar cobijo a una imagen, que se encontró en la vecina playa de la Regalina. Esta Virgen se procesiona, pues tiene una tradición parecida a la nuestra de Castrotierra, que sacan en procesión a Astorga los años de sequía para pedir la lluvia.
En cuanto al Padre Galo, sacerdote que hablaba varios idiomas y poeta, que escribía con el pseudónimo de Fernán Coronas, fue uno de los grandes promotores y defensores del asturiano. Había nacido en este pueblo de Cadavedo en 1884.
Si estáis interesados podéis ver una reseña biográfíca aquí.
Cerca de Cadavedo y ya siguiendo el camino por las indicaciones en la carretera, nos encontramos con Villademoros.
Si tenemos unos minutos, podemos entrar en el pueblo, para ver una Torre Medieval del Siglo XV, restaurada recientemente, con su casona y una panera adjunta.

Asturias, Camino de Santiago

En la actualidad es un bonito hotel, pero antiguamente perteneció a los Peláez de Villademoros. Se tiene por el más antiguo solar de la familia Peláez y que antiguamente tenía también un puente levadizo y plataforma almenada, con un fosos y contrafoso, que más tarde fueron cegados.
Es un buen exponente de la arquitectura bajomedieval por su carácter militar y defensivo.
Me parecó interesante esta página sobre el linaje familiar, de la que hago a continuación un resumen:
El padre Carballo, en su libro «Linajes y Casas de Asturias», se refiere a los servicios que prestaron los dueños de dicha Torre, afirmando que el caballero que la poseía, en los tiempos de la Reconquista, se llamaba Pelayo Peláez.
Con cuatrocientos hombres, todos vasallos suyos, acudió valerosamente en ayuda del rey don Pelayo y al llegar a Cornellana, vino a dar con tres mil moros, que huían hacia Galicia, y sostuvo con ellos un fuerte combate, que finalizó con la total derrota de los sarracenos.
Se sigue contando la historia de este linaje, basándose en una antigua tradición, que dice que el caballero Diego Peláez, que poseía la Torre en tiempos del intruso rey Mauregato, siguió el partido de los legítimos reyes asturianos. Se opuso, con sus gentes, a todos los moros que encontraba en su camino, defendiendo a toda costa el paso llamado Ricavo, entre los concejos de Valdés y Pravia.
Luego tuvo que pasar a Galicia y durante su forzada ausencia lo despojó de su Torre, Mauregato, que la entregó a sus leales. A su regreso, el citado Diego Peláez tornó a tomarla por la fuerza e hizo prisioneros a todas las gentes de armas que la defendían.
Pelayo Gutiérrez fue su descendiente y también Armígero del rey Ramiro I, confirmando el voto de Santiago.
Por aquellos tiempos, ahora tomamos como fuente de información al obispo Sebastiano, llegaron los normandos a las costas de España y en una de sus incursiones dañaron gravemente la Torre de Peláez, así como la iglesia de Santa Eufemia, que estaba junto a ella. Años después, los de la familia Peláez tornaron a reedificarla, morando en ella Munio Peláez.
Podemos continuar la genealogía de esta noble familia hasta llegar Martín Peláez, compañero de aventuras de Rodrigo Diaz. Finalmente el Cid “de cobarde le hubo buen caballero y muy esforzado” siendo uno de sus más valerosos capitanes.
Una cosa no me coincide con lo visto en el torreón, aunque tampoco soy un experto, son las armas de este linaje, que podéis ver en esta foto.

Asturias, Camino de Santiago

Son distintas de las que figuran esculpidas en una de las veintiséis urnas sepulcrales incrustadas en la Capilla de los Reyes, Condes e Ilustres varones del Monasterio de San Pedro de Cardeña, sito en la provincia de Burgos. Aunque se ha puesto en duda la fiabilidad de restos de este monasterio, allí figura que se guardaban los restos del caballero asturiano Martín Peláez, «deudo de el Cid». Las armas de Cardeña son estas: En campo de gules, un brazo armado de plata, moviente del flanco siniestro y empuñando una espada del mismo metal con la punta hacia el jefe.
Asturias, Camino de Santiago

A partir de aquí continuamos siempre por carretera hasta Canero, que es donde nos esperarán los autobuses, el día que hagamos esta etapa del Camino de Santiago con los Asociados.
Desde la ventana del Hotel Canero donde comimos, un hotelito con encanto en la desembocadura del río Esva, río famoso por ser el segundo de Europa en pesca del Salmón, podíamos contemplar la Playa de la Cueva mientras atardecía.

Relato: Muros de Nalón a Novellana.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León «Pulchra Leonina» ha realizado este fin de semana, la etapa del Camino del Norte, entre Muros de Nalón a Novellana.

Soto de Luiña

Salimos tempranito, para aprovechar bien el día. En Muros de Nalón realizamos la parada técnica.
Aprovechamos para admirar la plaza del Marqués de Muros, declarada de Interés Artístico por sus edificaciones, con renovadas balconadas y soportales.

De inmediato nos llegó el rico aroma a café y a bollería, por lo que nos fuimos reuniendo en un bar.

Muros de Nalón

Alguno hubo, que sin perder un minuto, se fue hasta la playa para inmortalizar el momento en su cámara y en su retina, pero nosotros nos acercamos al Ayuntamiento, a la iglesia, construida gracias a la aportación indiana y al Palacio de Valdecarzana, que es el que más impresiona, con su torre del siglo XV y una hermosa portada plateresca del siglo XVI, aunque está casi en ruinas.

De haber dispuesto de tiempo, nos hubiera gustado visitar los bellos panteones modernistas del cementerio de la localidad, o el popular barrio de La Pumariega, donde se ubica la casa del pintor Tomás García Sampedro, miembro de la colonia de artistas que dio a conocer la belleza de Muros por toda España, pero quedará para otra ocasión.

El concejo de Muros de Nalón es conocido, dentro y fuera de Asturias, por la espectacularidad de las vistas que ofrecen sus miradores al mar y que han atraído hacia este territorio a muchos pintores y poetas, atrapados por la belleza de su costa.

Playa de Novellana

La Ruta de los Miradores, una senda costera peatonal, de aproximadamente cinco kilómetros, que une San Esteban con la playa de Aguilar. En su recorrido, se encuentran: el Espíritu Santo, La Atalaya, Los Glayos, el alto de Las Llanas, el Miradoiro… que permiten descubrir playas agrestes y cómodos arenales como el de Aguilar, uno de los más frecuentados del Principado de Asturias.

Anduvimos investigando algo de la historia en la wiki.  Ved el enlace aquí

Estas pertenecieron a la casa de Miranda, más tarde marqueses de Valdecarzana, cuya casa se conserva, aunque muy abandonada.

Muros de Nalón

En el siglo XVIII se hizo un proyecto de canalización del Nalón, que tenía como meta el desembarco de la producción de carbón de las cuencas asturianas, proyecto que acabaría fracasando por las crecidas del río.

A principios del siglo XX, un hecho a destacar fue en septiembre de 1934 se produce el armamento previo al proceso revolucionario, el Vapor Turquesa desembarca un importante cargamento de armas, que supuestamente iban a Etiopía, quedando definitivamente en Asturias.

Tras la posguerra y la instalación de ENSIDESA en Avilés, este concejo experimenta un gran desarrollo industrial, hasta la crisis de los años setenta que afectara a todo el sector.

Hay que destacar la llamada colonia pictórica conocida como “la colonia de Muros” ligada a la figura del pintor alcarreño Casto Plasencia y a su discípulo predilecto y amigo, el pintor asturiano Tomás García Sampedro.

Playa de Lapedo, desde el autobús

Éste último invita al maestro a pasar el verano de 1884 en una bella finca de La Pumariega propiedad de sus padres, donde se enamora del paisaje y de la luz de estos parajes.

Casto Plasencia, acompañado de importantes pintores y artistas de la época, intentó crear una escuela paisajista en esta zona, en similitud de otras colonias de pintura que en la época se estaban estableciendo en Europa. Como modelo de la misma época está la escuela de Barbizon, en los bosques de Fontainebleau en la proximidad de París, cuna de la pintura impresionista.

Incluso se realizó un proyecto de construcción de dicha colonia de artistas, autorizado por el ayuntamiento a comienzos de 1890 en la desembocadura del río Nalón. Pero el proyecto no llegaría a su fin al morir repentinamente el pintor Casto Plasencia en mayo del mismo año.

Ved aquí nuestras fotos de Muros de Nalón 

Volvimos al autobús, que nos dejó en Soto de Luiña, donde visitamos la iglesia, declarada bien de interés cultural, abierta para la feligresía. La casa rectoral fue antiguo hospital de peregrinos en el camino de Santiago.
Iniciamos el Camino de Santiago en Soto de Luiña con sol, siguiendo hacia arriba la carretera N-632a, de escaso tráfico, riéndonos de las confusas señales hechas para los peregrinos.
Soto de Luiña
Poco después empezó a llover y hasta Novellana no paró, ni nosotros paramos más que para ajustarnos las caperuzas y los guantes, al amparo de una marquesina de autobús.
Novellana
Abríamos el paraguas y lo cerrábamos para las fotos, pues no queríamos ocultar las bellas flores de las mimosas, las formas musgosas en los troncos de los árboles o las sencillas flores del camino.
Desde la altura de las suaves colinas íbamos siguiendo la carretera, que bordea un barranco, pasando dos veces bajo la autovía, próximos al puente del ferrocarril.

Novellana

Disfrutábamos con las panorámicas del campo verde, las modernas vías de comunicación, la línea indefinida del mar y del cielo a través del urballo.

Novellana llevaba el nombre de Santiago de Novellana, por estar en el Camino.

Novellana

Así que al llegar nos acercamos a la iglesia de Santiago, del XVIII, construida aprovechando materiales de la antigua capilla de Santiago.
Junto a la vecina Soto de Luiña, Novellana recibió el premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar, en 1992.
Novellana
No así en la antigüedad, pues fue en Santiago de Novellana donde se llegó al máximo en la discriminación con los habitantes de las brañas. Acababa de constituirse en parroquia separada cuando  pasó por el lugar Jovellanos, en 1792, quien anotó en sus Diarios que “hay un pleito escandaloso con los vaqueros, a quienes no se les quiere dar la Sagrada Comunión sino a la puerta de la iglesia, ni dejar internarse en ella a los divinos oficios. Es el caso que los hijosdalgo tienen lugar preferente en la iglesia para toda concurrencia. Los plebeyos, conforme con esto, pretenden lugar preferente a los vaqueros, y éstos luchan por no ser menos que los plebeyos. ¡Cuánto querrá el Cielo vengar a la mayor parte del género humano de tan escandalosas y ridículas distinciones”.
Novellana
Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos.
La palabra braña puede tener muchos significados según varios estudios, pero lo más probable es que proceda de la palabra “verania” (verano). Además, en bable, el verano se llama “brano”. Parece evidente, pues, la connotación lingüística entre ambos términos.

Novellana

Para los enamorados de la historia de los cómics y la literatura de quiosco, diremos que en este pequeño pueblo de Novellana, que hoy visitamos nació en el año 1902,  Guillermo López Hipkiss. Moriría en Barcelona en 1957. Guionista. Narrador de la literatura de quiosco, donde brilló, como autor del género criminal y del folletín aventurero, con un estilo muy personal y exquisito, y desde los mercados barcelonés y madrileño; creador de varios personajes cíclicos, ya clásicos.
Para ver su extensa producción podéis visitar la página:
Después de charlar y caminar entre las primeras casas del pueblo, nos reunimos en el bar y tratamos de secarnos y humedecernos por dentro con la alegre “sidrina”

Novellana

Luego nos dispusimos a comer. Ved nuestras fotos sobre Novellana.
Tras la comida teníamos tiempo para caminar hasta la playa.
Hicimos el camino de descenso por una pista recién preparada con barandillas de madera, que aunque llovía y el suelo resbalaba algo, era una experiencia que no nos queríamos perder.
Playa de Novellana
La belleza del mar bravío, las olas saltando entre las pequeñas islas que rodeaban los acantilados, la ambigüedad de tonos de cielo y mar, el verde de las praderías, que nacen como de milagro, encima de las rocas en las islas. Aún sobre ellas, las vacas pastando…algo maravilloso, inimaginable.
La playa destaca por su forma de concha regular de cantos rodados de color claro, que hacen un sonido al ser batidos por las olas. Para escuchar tan suave murmullo, mientras que estábamos a la orilla del mar,  embrujados, tratábamos de permanecer en Silencio.
Cuando bajamos a la playa de Novellana y vimos entre los acantilados la oquedad de una cueva, recordamos la leyenda de la Xana encantada de Aguilar.
Playa de Novellana
Nadie la vio jamás, excepto una vecina de Muros que fue a segar en un prado próximo a la cueva y la descubrió apenas unos segundos. La xana se adentró en la cueva dejando abandonadas unas tijeras de oro…
    Un cantar de Muros dice así:
    En Castiellu de Aguilar
    donde trigo se mallaba
    hay una piel de buey pinto
    llena de plata labrada
Al parecer, el encanto de la Xana se debió a sus padres, que la castigaron por haber hecho algo muy malo. Para vencer el encantamiento era necesario que un caballero valiente, la sacase en brazos fuera de la cueva y así la portase durante un largo trecho sin detenerse y sin dejarla caer al suelo. Si así lo hiciera sería dueño de grandes riquezas y la Xana le entregaría un tesoro envuelto en una piel de buey pinto….

Playa de Novellana

Cuentan que la Xana un día al ver a un valiente que pasaba por allí, le contó su triste historia. El caballero no dudó, la llevó en brazos y empezó a caminar en dirección a la zona de Campofrío, siguiendo el curso del río Ricabo…..según se alejaba de la cueva, la Xana se iba desencantando, de tal modo que cuanto más se desencantaba ésta, más crecía y más aumentaba de peso. Se desencadenó una tormenta y un rayo asustó al caballero y dejó caer a la Xana. Tal como ella predijo, quedó entonces encantada para siempre y llorando sin consuelo, volvió a la cueva…

Por si queréis saber más de Xanas y leyendas podéis consultar  la siguiente página:
No olvidemos que Caro Baroja (1.941) indica que las leyendas que se atribuyen en Vasconia a las «lamias» corresponden a las atribuidas en Asturias a las Xanas. Existe también similitud con restos prehistóricos de Cerdeña conocidos como «domus de gianas».

Después de hablar de todas estas cosas, que hemos mencionado aquí, hubo algunos que se atrevieron con un futbolín, antes de coger el autobús.

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