CAMINO DEL NORTE: Mondoñedo-Abadín-Villalba
CAMINO DEL NORTE: Por tierras de A Mariña lucense – 15 y 16 de septiembre de 2012
Frente a su casa, en la ladera del monte y en el paraje llamado “Lama de Ras” visitamos la ermita de San Ramón(1726) y un pequeño cementerio con una tumba de 1880 y otras muy antiguas.
Posteriormente pasamos a el “El Remanso” para visitar su jardín con sauces y hortensias de grandes dimensiones y rodeado de un río de aguas cristalinas en el que saltaban los peces.
Cruzamos un puentecillo de madera recién construido y a través de un pequeño y bonito camino salimos a la carretera donde nos esperaba el autobús para llevarnos a Mondoñedo y disfrutar del caldo gallego, pulpo, tarta, etc. y compartir, con alegría y risas, las anécdotas vividas en la etapa: compañeros que se despistaron porque no vieron la señalización en un cruce, la oveja descarriada, que quería acompañarnos en nuestro caminar y los compañeros ejerciendo de “pastores” pero con poco éxito, los cazadores que tuvieron la deferencia de espera a que pasáramos todos para realizar una batida a los patos de la laguna, etc.
Textos: Rosa Morán
Fotografia: Isabel Borrego
RIPIOS DE MONDOÑEDO
esas estivales fechas
que a todos hartos, cansados,
y deshechitos nos dejan,
el Camino renació
con sus eternas sorpresas,
más llamativas aun
si son en tierras gallegas,
como fuera nuestro encuentro
en las marineras tierras,
haciendo nuestro camino
por aquel paseo de piedra
tan cómodo y recoleto,
contemplando las arenas
de aquellas playas tan limpias,
tan bellas y tan serenas.
Continuación cierta eran
de aquella playa, la última,
que antes del verano vieran
nuestros ojos, asombrados
por su cielo y por sus peñas:
Playa de las Catedrales,
en nuestros ojos nos dejas
una sombra de nostalgia
que la brisa allá se lleva;
allá donde se disipan
siempre las malas ideas.
y una mañana tan bella
hizo a nuestro caminar
una experiencia halagüeña.
Sin comerlo ni beberlo
(de comer hora no era)
nos plantamos en un verbo,
sin cuenta darnos siquiera
en un recinto muy regio
donde manducar pudieran
los peregrinos leoneses
y la gente que quisiera.
para nosotros la venta,
en la que, sobrios y serios,
dimos bien cumplida cuenta
de los sabrosos productos
que había en nuestra merienda.
Serios fuimos allí todos:
el recinto, con su estética
hotelera y gastronómica,
parecía que lo exigiera.
……………………………
La tarde fue una experiencia
artística que nos deja
sumidos en la emoción
de ver esas nobles piedras
del antiquísimo templo
que nuestros ojos contemplan:
Templo de Santo Martiño,
la catedral, por más señas
más antigua de esta España
tan triste y zaragatera.
Vivida aquella emoción
de tan intensa belleza,
acompañados del guía
de comunidad gallega,
Luis Anseres nos narraba
Luis Anseres, él nos cuenta
las excelencias que pronto
disfrutaremos de cerca.
Y nos promete, gentil
que al día siguiente nos lleva
a despachar en su casa
unas muestras de esta tierra:
Pinchitos de empanadiñas,
con alguna tortilliña
y un vinito de sus cepas.
¡Eso sí que es gallardía,
y regias, buenas maneras,
las típicas de un gallego
elegante de esta tierra.
Luis Anseres demostró
serlo con gran excelencia.
nos deja, sin darnos cuenta,
en aquel bello poblado,
Mondoñedo por más señas.
Villa clerical, histórica,
henchida está de leyendas
clericales de las que
el seminario es la muestra:
Monumento recio, serio,
las glorias que antes tuviera
patentes para nosotros
se nos hacen en sus piedras,
piedras de recio granito
con humanísimas huellas
de aquellos seminaristas
que, hace un siglo, allí vivieran.
por nocturnales callejas
nos hicieron revivir
los encantos que allí quedan
como símbolo indeleble
de la cultura gallega.
…………………………….
iniciamos nuestra senda
con esa ayuda mecánica
que nuestro autobús nos presta.
un día radiante nos lleva
a la casita de Anseres
casita que…¡ es una hacienda!,
rebosante de frutales,
de rosales y otras yerbas.
Y pudimos comprobar
de Luis allí largueza
que, todos lo recodamos,
es palabra que nos lleva
a decir la esplendidez
generosa que él se nos muestra.
y tortillas que nos dejan
ese excelente sabor
de las gallinas auténticas,
y, si no de las gallinas…
de los huevos que pusieran.
No faltaron excelentes
frutas de aquella su huerta
que endulzaron aquel ágape
de aquellas benditas tierras.
de forma seria y sincera
a Luis Anseres que dio
tan gratificante fiesta.
y sugestiva la tierra
aquella de las cascadas
con sus aguas y sus presas:
fue nuestro postre geológico
de aquella etapa gallega.
completamos la experiencia
viendo aquella catedral
tan recia y tan recoleta,
cuya espiritualidad
es obvia en muros y piedras
y en la mirada de quien
con fervor verla quisiera.
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a toda esa gente nuestra
que se desvive a diario
para que las cosas sean
motivo de diversión,
pero también de riqueza
espiritual o acaso…
como cada uno lo quiera.
en nuestro viaje de vuelta,
gracias a la gracia de Rosa,
Rosa Gómez, por más señas,
que conoce como nadie
de las canciones leonesas,
su música y su buen ritmo
y, sobre todo, su letra.
Buen final siempre es la música,
sea cual sea la fiesta.
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Viaje a Samos
Como si de un regalo de Reyes se tratara, así fue de agradable y sorprendente la visita a Samos, que hicimos acompañados de dos personas de excepción, Luis y Félix, que son peregrinos y hospitaleros de Samos.
Tienen allí su segunda casa, tal y cómo nosotros hemos visto, pues conocen a mucha buena gente y hemos sido obsequiados deliciosamente, por ser sus acompañantes.
que asignó un coto en estas tierras a monjes mozárabes que venían de Al-Andalus.
Pasó su infancia en este monasterio, junto a su hermana Jimena, protegido por los monjes, tras el asesinato de su padre, cuando también su vida peligraba por las continuas conspiraciones del recién nacido Reino Astur.
Después del incendio de 1951, en el que el monasterio fue pasto de las llamas, se restauró el edificio, pero supuso una pérdida irreparable para la biblioteca. La botica pasó al pueblo en tiempos de la exclaustración y ahora sólo se usa para ser visitada por el turismo.